"EL
VENDRÁ Y TE SALVARÁ"
¿Cómo
puedo preparar mi
corazón para este
Adviento?
Lo primero que hemos de
hacer como cristianos,
es prepararnos estos
cuatro domingos para la
venida de Jesús. A
partir de ahí tenemos
que preguntarnos qué
debemos hacer para
preparar la venida del
Señor. Pongamos de
ejemplo la visita a
nuestro hogar de alguien
cuya presencia
represente un honor para
la familia, ¿qué harías?
Se limpiaría la casa, se
arregla cualquier
imperfección, se compra
comida… en definitiva,
se deja la casa perfecta
para la llegada del
invitado. Ahora
pensemos, esto ocurriría
si viniese un invitado
importante. Pero, ¿y si
viniese Jesús? ¿qué
haríamos si viniese el
Hijo de Dios? El
Adviento es tiempo para
limpiar nuestra casa
interior, nuestro
corazón. He aquí unos
puntos que puede poner
en práctica en este
tiempo de preparación:
Confesión, paz y caridad
En primer lugar, la
confesión, para tener
nuestro corazón limpio.
Es Cristo quien quiere
nacer en nuestras
vidas.¡Qué mejor que
preparar nuestros
espíritus para recibirlo
con un corazón bien
dispuesto! Una vez que
tenemos nuestra alma
limpia, esforcémonos por
traer paz y armonía a
nuestro hogar.
Procuremos que en
nuestra familia, en la
relación conyugal, con
los hijos y entre los
hijos, reine la paz que
tanto desea nuestro
Señor.
Finalmente, la vivencia
de la caridad. No
necesariamente con algo
material (aunque también
es muy buena idea).
Podemos acompañar al
enfermo, visitar a
alguien que necesita ser
escuchado o consolar al
que está triste.
Recuerda que para esta
época cualquier obra de
misericordia
corporal o espiritual,
es más que bienvenida.
La
oportunidad de ayudar a
otros
Estos tiempos, suelen
ser muy difíciles para
los que viven solos,
pues recuerdan con mucha
fuerza a sus seres
queridos que ya no
están. Para muchos la
Navidad puede traer más
nostalgia que alegría,
por eso es importante
que siempre estés
dispuesto a ayudar a
otros.
Todos, seguramente,
tenemos a algún
conocido, quizás un buen
amigo, que necesita
nuestra compañía y un
hombro dónde reclinar su
cabeza y poder llorar.
Que este Adviento sea
una oportunidad no solo
para limpiar y preparar
nuestro corazón, sino
para ayudar a otros a
dirigir la mirada a
Cristo.
«Él
vendrá y te salvará»
Así es, Jesús viene a
salvarnos. Para ello, es
importante que
descubramos de qué nos
tiene que salvar el
Señor. Podemos ser
personas religiosas, con
una tendencia natural a
creer en algo, y
tratamos de ser buenos,
de cumplir con lo que
toca, y seguimos
nuestras costumbres y
tradiciones porque
siempre se ha hecho así.
Todo eso está muy bien,
pero hacer todo eso no
significa ser cristiano.
No es lo mismo ser una
persona religiosa que
ser cristiano. El
cristiano es aquel que
se ha encontrado con
Cristo en su vida y que
se ha sentido amado y
salvado por él. El
cristiano no se limita a
cumplir mandatos y
preceptos, ni a seguir
tradiciones porque toca.
¡El cristiano vive! El
cristiano ha descubierto
que Cristo ha dado un
sentido nuevo a su vida,
y pone a Dios en el
centro de todo. Para el
cristiano Dios no es un
adorno, ni un rito, ni
una celebración puntual.
Para el cristiano Dios
es la razón de su vida,
y por eso no le da unas
migajas, sino todo lo
que es y todo lo que
vive.
En este tiempo de
Adviento, la Iglesia nos
invita a prepararnos
para vivir esto. Es un
tiempo de espera y
esperanza, para
despertarnos del letargo
y poder encontrarnos con
Aquel que viene y nos
salvará de todo lo que
nos cansa y nos
desgasta, para que
podamos vivir y celebrar
con gozo la gran fiesta
de la Navidad, que es la
fiesta de Dios con
nosotros.
Pastoral CEU UCH