PRESENTACIÓN
Comenzamos
un nuevo año litúrgico y el Evangelio que nos va a
acompañar prioritariamente es el de San Lucas.
Al
entrar en el tiempo de Adviento, nos disponernos a
prepararnos para celebrar la venida del Señor.
Celebramos
que un día el Señor vino en Belén de Judá en tiempo del
rey Herodes; y celebramos que un día el Señor volverá en
su gloria para llevar todo a su plenitud.
El
texto del Evangelio que proclamamos hoy, está referido a
esa vuelta definitiva del señor.
En
la literatura de Israel hay un género literario para
expresar las realidades transcendentes, aquello que nos
supera y nos sobrepasa, es el género apocalíptico. A parte
de los libros escritos en este género, en el Antiguo
Testamento el libro de Daniel, y en el Nuevo Testamento el
libro del Apocalipsis, tanto en los libros proféticos como
en el Evangelio, encontramos fragmentos escritos en este
género literario.
El
de hoy es uno de esos.
Jesús
ha predicho la ruina de Jerusalén con gran plasticidad y a
continuación, el fin del mundo y la venida del Hijo del
Hombre.
El
marco de la venida del Señor, dentro del géneros
apocalíptico que decíamos antes, se presenta como una gran
destrucción; pero cuando todo se venga abajo, lo que
quedará al descubierto es la morada de Dios y en ella al
Hijo del Hombre.
No
es tiempo de miedos y angustias, sino, al revés, está a
punto de culminar nuestra esperanza; por eso hay que estar
en pie, con la cabeza alta, se acerca la liberación.
Y
como no sabemos ni el día ni la hora y caerá como un
lazo sobre todos los habitantes de la tierra, hay que estar
preparados, despiertos, vigilantes.
Cuidado
con esclavizarse a las cosas de este mundo, cuidado con
dejarse llevar por el vicio, la bebida y el dinero. El día
del Señor llegará de repente.
Si
lo que se acerca es la liberación, no es para vivir
atemorizados, sino con esperanza.
Si
el que viene es el Señor, hay que vaciarse de egoísmos, de
lastres, de preocupaciones por las cosas materiales, para
podernos mantenernos en pie ante el Hijo del Hombre.
LECTURA
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
21, 25-28. 34-36
Levantaos,
alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Habrá
signos en el sol y la luna y las estrellas, y en
la tierra angustia de las gentes, enloquecidas
por el estruendo del mar y el oleaje. Los
hombres quedarán sin aliento por el miedo, ante
lo que se le viene encima al mundo, pues las
potencias del cielo, temblarán. Entonces verán
al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran
poder y gloria.
Cuando
empiece a suceder esto, levantaos, alzad la
cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened
cuidado: no se os embote la mente con el vicio,
la bebida y la preocupación del dinero, y se os
eche encima de repente aquel día; porque caerá
como un lazo sobre todos los habitantes de la
tierra.
Estad
siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar
de todo lo que está por venir, y manteneos en
pie ante el Hijo del Hombre.
Palabra
del Señor
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