LECTIO DIVINA


 

 


 


 

Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.

Amén

Texto

Ver con los ojos del corazón, lo que dice el texto”

LUCAS 18, 1-8

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

-Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a mi adversario»; por algún tiempo se negó; pero después se dijo: «Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.»

Y el Señor respondió:

-Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?

Palabra del Señor.
 



para conseguir depositar la Palabra en nuestro corazón

 



         1. En mi vida, ¿cuánto tiempo dedico a la oración, a la comunicación con Dios?

2. ¿Estoy convencido que orar con mayor fervor, puede ayudarme a mí a conocer más los planes que Dios tiene para mí?

3. Es importante descubrir la diferencia en rezar, o recitar vocalmente, y orar, como respuesta a Dios que se comunica. ¿Con qué frecuencia, en mi vida voy mejorando mi encuentro de oración y mi dedicación al Señor?

4. ¿Tengo verdadera confianza en que Dios puede librarme de todos los males?

5. ¿Hasta dónde yo me pongo en las manos del Señor, o quiero ser justiciero a mi manera?
 

LECTURA: ¿Qué dice el texto?

Este domingo se nos llama a perseverar en la oración. Las lecturas son bastante sencillas. Amalec era el gran enemigo de Israel (ver Deuteronomio 25:17-19), y es enumerado entre las naciones poderosas que aterraron tanto a Israel cuando éste exploró la Tierra Prometida (Números 13,25-33). De hecho, todo el tiempo que Israel perdió en el desierto fue consecuencia de su miedo y falta de fe en Dios que les había mandado ir a tomar la tierra, que ya habían llegado; ver Números 14; Deuteronomio 1. Nuestra primera lectura trata de la fe y la perseverancia en la oración, representada corporalmente por el mantener las manos alzadas aun cuando otros tienen que sostenerlas (algo parecido al paralítico en Marcos 2 cuyos amigos lo suben al techo, y cuya fe Jesús ve). Fíjense en que Éxodo 17:15-16 habla de la “bandera” de Yahveh como símbolo de su guerra perpetua contra “Amalec.” Así que Amalec representa el mal, y la “bandera” (en hebreo, nes) es la misma palabra que el “mástil” sobre el cual se debía poner la serpiente de bronce que curaba, Números 21:8; Jn 3:14-15.

El salmo 121 nos presenta a la persona acongojada orando, alzando los ojos a los lejanos montes en busca de la ayuda del Señor. Yahveh era un Dios de la montaña, y las montañas eran prueba del poder del Dios que hizo el cielo y la tierra. Dios ni duerme ni se adormenta; nosotros imitamos su vida divina perseverando en la oración, aun cuando estamos cansados y nos dormimos. Teresa de Lisieux a menudo se adormentaba cuando rezaba, pero confiaba en que Dios era un Padre amoroso que miraba con bondad y placer a sus niños mientras dormían.

La parábola del evangelio nos presenta a una viuda bastante latosa, que logra volver loco al juez corrupto con su importunidad. Finalmente lo que alaba Jesús de esta historia de la viuda es su perseverancia, su insistencia en pedir la justicia, aun cuando el juez era un corrupto. Dice que decide hacer la justicia, para que no lo molestara más.

Pero acaso Dios, el Padre que es totalmente justo, no hará justicia con los que claman a Él día y noche.

Por un lado la perseverancia y la insistencia en la oración y por el otro lado la confianza en el Padre Todopoderoso, que hace las cosas a su tiempo, y ama de corazón a aquellos que se fían de Él.

Preguntémonos para reconstruir el texto:

1. ¿Cómo comienza este texto? ¿Cómo y cuánto es necesaria la oración?
2. ¿Cuál es la parábola que les contó Jesús?
3. ¿Quiénes son los personajes de la parábola?
4. ¿Qué es lo que alaba Jesús de la viuda de la parábola?
5. ¿Cómo es el corazón de Dios Padre con sus hijos que se fían de Él?
6. ¿Cuál es la conclusión que sacas de este texto?
 


 

“Le hablo al Señor, escucho el yo de Jesús y mi yo para llegar a una intimidad de amor

Gracias porque voy aprendiendo a confiar más en Ti, me doy cuenta que te conozco poco, porque aun cuando me siento cristiano, mi oración necesita un refuerzo.

Te pido Señor que aumentes mi voluntad para vivir confiando en tu amor y en tu justicia.

Señor, que nunca tome la justicia por mis manos, que sea confiado, y que lo aprenda en la oración constante.

Que todos los que me vean, encuentren en mí una persona de oración, de contacto y amistad contigo, que pueda irradiar la luz de santidad y amor hacia los demás.

Gracias Señor.

Amén

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
«orar y nunca desanimarse»
(Versículos 1)

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean. 

 

ACCIÓN

En lo personal

Volver sobre este texto, haciendo un profundo examen de conciencia sobre mi oración y el tiempo, la devoción y la perseverancia en la relación con el Señor. Proponerse una meta de oración diaria y presentársela al Señor.


Con tu grupo

Proponerse una actividad externa de oración comunitaria. Pueden invitar a personas de otros grupos a participar. Puede ser una oración por las necesidades de las diferentes familias, por los jóvenes por los estudiantes, por la paz en el mundo y en la comunidad. Y recordarle a la comunidad que la oración es la forma más importante para la comunión con el Señor. Si vienen otras personas, invitarlos a realizar un ejercicio de Lectio Divina comunitario.

 

TOMADO DE: Cristonautas