¿DÓNDE
ESTÁS, DIOS?
"Queridos,
amémonos unos a otros,
ya que el amor de Dios,
y todo el que ama,
ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Quien
no ama
no ha conocido a Dios,
porque Dios es amor.
En
esto se manifestó el amor que Dios nos tiene:
en que Dios envió al mundo
a su Hijo único
para que vivamos por medio de Él.
En
esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo
como propiciación por nuestros pecados.
Queridos,
si Dios nos amó de esta manera,
también nosotros debemos amarnos unos a otros.
A
Dios NADIE LO HA VISTO NUNCA.
Si nos amamos unos a otros,
Dios permanece en nosotros
y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
(1
Jn 4, 7-12)
Eran
felices aquellos años,
cuando la naturaleza nos hablaba de Ti.
Subíamos a los montes como a una escalera
y te veíamos arriba
sentado sobre los picos y cordilleras.
¿Por qué no nos habla ahora?
¡Desflorada,
privada de su enigma y de su magia!
ya no nos dice nada.
¿Estarás
en la ciencia?
En ese mundo de datos, cifras y medidas,
el hombre mismo ha quedado desplazado
ante la devastación de lo comprobable.
¿Cómo iba a quedar sitio para Ti?
Quizás
los poetas...
La poesía abre mundos que la lógica no encuentra.
¡Oh, sí, apareces en sus versos!
¿Estás en ellos?
Están sus inquietudes y sus penas,
Tu nombre...
un clavel en la solapa.
¿Qué nos dicen de Ti
y de la urgente pregunta que nos haces sobre Abel?
Te
has ido de la naturaleza,
de la ciencia
y de la poesía neutral.
¿Estarás con los teólogos?
¡Ojalá te encontremos de vez en cuando
entre tanta palabra!
¿Ojalá escriban tu nombre con sangre
y hablen primero con sus vidas!
¿Dónde
estás Dios?
¿Dónde te has escondido?
¿Con quién te has ido?
¡Ah!
¡Sabemos dónde encontrarte!
Te has ido con los que dan la vida.
Te has ido con los que entregan tiempo y fuerzas,
sangre y dinero...
Te has ido con los que creen y luchan
y juegan el último céntimo
en la apuesta del amor.
Monjas
que cuidan ancianos sin hijos
y niños sin padres.
Trabajadores que piden una empresa nueva
y una ciudad nueva
Voluntarios del Tercer Mundo
en lucha contra el imperialismo.
Hombres que alumbran libertad,
condenados como criminales o exiliados.
Hijos de la justicia, torturados,
reducidos al silencio en la cárcel
o en el hoyo...
Todos los que aman y dan la vida
gota a gota o chorro a chorro...
Con
esos está Tú
escondidos en sus casas.
Ellos te llevan consigo,
a veces sin saberlo,
y te sacan a la luz desde las entrañas de la tierra...
Por
ellos hablas y gritas
como un trueno que sacude el eje de la tierra.
Habla y grita Jesús
y su sangre.
Oímos
su voz
y la tuya.
Y no tenemos que preguntarte demasiado,
aunque estemos en oscuridad:
¿Dónde estás, Dios?
(Francisco
Loidi)
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